Retrato del Duque de Alba por Antonio Moro en la etiqueta del brandy
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OTRAS HISTORIAS DEL JEREZ
En el último número de la revista Global, publicación corporativa editada por las bodegas Williams&Humbert y perteneciente al Grupo Medina, se recoge en uno de sus artículos una breve historia del prestigioso brandy de la casa: el Gran Duque de Alba.
El brandy, un magnífico solera gran reserva, salió al mercado en 1945, periodo de gran auge para los espirituosos jerezano después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Su prestigio se ha mantenido a lo largo de todos estos años sin que se su consumo por parte de los gustos más selectos se viera afectado en el periodo de receso que la mayoría de los brandies del Marco sufrieron en la década de los `80, una vez asentada la democracia en nuestro país.
En este se nos cuenta el origen del que es considerado el duque insignia de la empresa: "Documentos del Archivo de Williams&Humbert hablan de que al agente de la bodega en Madrid le unía una gran amistad con Jacobo Fitz James Stuart Falcó (1878-1953), XVII Duque de Alba, (padre de la actual Duquesa de Alba) y ante el inminente lanzamiento de un exclusivo brandy le preguntó si podían bautizarlo con su nombre. Después de probarlo, el aristócrata quedó gratamente impresionado y sugirió que a tan noble producto sería más acertado ponerle el nombre de su ascendiente e importante personaje histórico, el Gran Duque de Alba. De esta manera lo refleja un documento escrito en el que se autoriza a bautizar al brandy con dicho nombre".
El relato continua diciendo: "El entonces conservador de la colección de arte del Palacio de Liria realizó el boceto para la etiqueta de la botella". Parece ser que un principio se iba a utilizar el retrato que del Duque de Alba hizo el gran maestro de la pintura, Tiziano, obra perteneciente a la colección de la Casa de Alba, pero finalmente se optó por el rostro adusto y severo que del III Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel (1507-1582), hizo Antonio Moro.
En el marbete actual, de formas suavizadas adaptadas al soporte, podemos ver el busto de esta pintura existente en el Museo Real de Bellas Artes de Bruselas, obra del artista holandés Antonio Moro, también conocido como Sir Anthony More (1520-1576-78?).
Este óleo, de medio cuerpo y cubierto también con armadura, lo realizó Moro al Gran Duque hacía 1549, tal como puede verse en la imagen que acompaña al artículo.
Aclarado este punto, por demás curioso, habría que decir que el diseño de la propia botella tiene igualmente un componente artístico relevante ya que en 1973 las bodegas encargaron al destacado ceramista catalán, Antoni Cumella (1913-1985), la creación del recipiente que contendría tan delicado licor.
Añadir que el propio Cumella había participado, junto a Dalí, en la creación de la singular botella de cerámica que la casa Osborme del Puerto lanzó al mercado a mediados de los `60 para su brandy Conde de Osborne.
Una vez más el arte se une a otro producto único de las bodegas jerezanas en esta etiqueta, y en la misma botella, para distinguirse mutuamente. Arte y publicidad en armonia para alcanzar un impacto visual efectivo y didáctico a la vez.
En Williams&Humbert esto es así por partida doble ya que su famoso logotipo de la Sherry Girl tiene su origen en la popular y conocida obra del pintor victoriano, William Powell Frith.
Los vinos y brandies de Jerez aún tienen muchas historias que contar, tan solo hay que saber estar atentos a esos detalles, aparentemente ocultos, que pasan inadvertidos si no les prestamos algo de atención. Una historia con arte, un arte dispuesto para el disfrute de los espíritus sensibles y los paladares exigentes.
© José Luis Jiménez García
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